domingo, 14 de octubre de 2012

Hoy es siempre todavía

¿Me preguntas por qué compro arroz y flores? Compro arroz para vivir y flores para tener algo por lo que vivir.



Me gustaría crear algo tan abstracto que no pareciese que lo he hecho yo. Hablar de lo que uno sabe hasta no saber ni lo que se dice.

Me gustaría perderme y aunque en mí mismo ya me pierdo, busco perderme en lo que ha creado mi abstracción. 

¿Por qué no volver de vez en cuando a casa? ¿Por qué no volver para pasar un tiempo con la belleza? 
Volver con ella. Algo hace que ella sea lo más bonito que puedo imaginar. Su piel, su mirada, su voz, sus preciosos ojos verdes...

Volver de vez en cuando...

Y aún volviendo de vez en cuando... Me gustaría perderme más. Más, más y más.
Ambición.

Ambición abstracta de nuevo, porque lo que yo quiero es nada. Es desnudarme de posesiones, quitarme todo para estar solo y perdido. Perdido pero por fin encontrado.

Y darle la vuelta las cosas y ver que nada es eterno, que nada está claro, que todo es un opuesto y a la vez el otro. Que ambos dependen de sí mismos para existir. Y yo dependo de ellos para conocer.

Y es en este momento cuando ya no se sabe nada de lo que se sabía en que uno puede pensar que el orden, el caos y la desemejanza encajan para dar lugar a una maquinaria imperfecta pero eterna. Y maquinaria al fin.


Navegando...

Y no puedo demostrarte nada. Yo solo soy una pieza más, que equivocada o no, sigue su camino.



Quiero perderme en un lugar donde solo me vean las flores de los árboles, la soledad de la montaña, los ojos de un perro y el silbido del viento

Y vivir conforme a y con la vida...